Italian love {recién abierto/muchos canon libres} Confirmación elite

Hace años que Bianca Romano y Gianluca Blanchi se conocieron. La primera era la primogénita de un gran terrateniente de la zona de la toscana, mientras que el chico era tan solo uno de los muchos jóvenes que cobraban un salario por labrar esas tierras. Aparentemente las diferencias eran insalvables ya que desde que era tan solo una niña, la joven Bianca siempre estaba rodeada de profesores y músicos, gente que la adulaba allá donde fuera. Por otro lado, el apuesto Gianluca, siempre andaba con las mejillas llenas de tierra y las manos vacías, pero no podía evitar que sus ojos se dirigiesen a la hija de su señor.
Con los años ambos fueron creciendo y una noche lo increíble sucedió. El chico se había quedado trabajando la tierra hasta tarde y la chica salió a dar un paseo. Aquella noche no parecía tener nada especial, pero fue entonces cuando las vidas de los dos se cruzaron finalmente en confesiones que jamás pensaron escuchar el uno del otro. Desde entonces, su amor fue secreto. Nunca se lo contaron a nadie e incluso decidieron tomar matrimonio sin que nadie se enterase de aquello. Pero nunca fue así. El padre de la chica se enteró y separó a los amantes antes de que pudiesen cometer cualquier locura.
Fue entonces cuando Gianluca se puso frente a aquel hombre que le separaba de su amada y le retó, prometió que regresaría convertido en un hombre rico que pudiese mantener a Bianca. El señor de los Romano rió y aceptó la propuesta del joven, pero en cuanto este desapareció de la ciudad el viejo decidió desposarla con el señor de la otra mitad de la ciudad: Ricciardo Garibaldi. El tipo era algo mayor que Bianca, pero deslumbrado por la belleza de la joven poco le importó aceptar la propuesta de Romano.



Habían pasado solo diez años desde que Gianluca tomó un camino que lo llevaría a la grandeza. El joven se había convertido en un noble caballero y terrateniente, había sacado a su madre de la servidumbre y había vuelto a la ciudad de la que partió, dejando a su amada atrás y regresando en su busca. Pero nada era igual que cuando él había partido.
Bianca ya no vivía en la casa de los Romano, ya que desde hacía dos años el jefe de la casa había muerto. La joven compartía ahora casa y hogar con Ricciardo Garibaldi, un terrateniente venido a más en los últimos años. Gianluca no podía creer lo que veía y plantó cara, pero una imagen desbarató todos sus deseos. La joven Bianca, paseaba con una hermosa niña de cabellos dorados y acariciaba una tripa incipiente. Al parecer, ella no le había extrañado en absoluto. Gianluca prefería retirarse con el honor intacto y decidió mudarse a una casa, en la misma ciudad, ya que pese a lo que sintiera, no podía evitar mantenerse cerca de la única mujer a la que había amado.
Con el tiempo, también él encontró el amor de nuevo, aunque no tuviese comparación con la dulce rubia con la que aún soñaba en ocasiones. Las cosas podrían haber sido muy distintas. Pero no había nada que hacer, se encontraba casado con otra mujer y esperaba un hijo. Pero no podía parar de preguntarse que podría haber pasado.
Por el otro lado, Bianca nunca supo qué había sido de su amado, pero cuando descubrió que se había mudado a una casa cerca de la de ella, no pudo evitar sentir que algo nacía de nuevo en ella. Pero su marido no podía permitirlo, así que declaró una guerra abierta que dividió la ciudad y a Bianca.


Ya hace tres años que Bianca murió en un accidente de coche, y a los dos años, encontraron a Gianluca en la costa, con su caña de pescar y una sonrisa en el rostro. Al parecer ambos se habían unido finalmente. Pero la paz en la ciudad no volvía. Los hijos de ambos estaban enfrentados y Ricciardo no pensaba dejar que la muerte de su esposa quedara indemne y está extendiendo el rumor de que la familia Bianchi fue la culpable de la muerte de la dulce Bianca. Además, cierta organización mafiosa también pretende quedarse con la ciudad, ellos saben todos sus secretos y tienen mucho poder. Todo se consigue con dinero, traición y saber hacer, y ellos lo saben.
Aún así, ¿quién dice que estos chicos se odien tanto como pretenden aparentar? Al fin y al cabo no son sus padres, la historia con ellos puede ser muy diferente.